“Cualquiera puede enfadarse, eso es muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.” Aristoteles, Etica a Nicomaco.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Los
entendidos en la materia cuando hablan de la inteligencia emocional rápidamente
relacionan con la Programación Neurolinguística(PNL), comparado con un manual
de operaciones que trae consigo mecanismos y procedimientos para el manejo
óptimo de una máquina, o un aparato electrodoméstico. No está lejos de la
verdad, es que el cerebro humano sigue dando mucho que hablar y muy pocos
conocen de su verdadero potencial. Pero ojo, así como se le atribuye grandes
cualidades, puede ser causante de enormes estragos.
El
orador debe ser una de las personas que primero debe conocerse a sí mismo y a
los que le rodean. Porque la mejor manera de descubrir el verdadero
temperamento de una persona es por la manera como se expresa frente a los
demás. Esto se torna muy importante porque a la luz de la experiencia, muchas
veces hemos sucumbido a nuestros propios caprichos y laberintos precisamente
porque ignoramos que nuestro cerebro funciona a semejanza de un aparato. Las
emociones nos desbordan muchas veces para ser luego presa de los más
feroces arrebatos.
Siempre
me gusta decir las cosas tal y como son; la mayoría (por no decir todas) de las
personas siempre tratamos de usar nuestra mejor semblanza cuando tratamos con
personas, somos expertos en aparentar que estamos satisfechos, cuerdos y
alegres. Esto hemos aprendido desde cuando éramos niños. Cuando mamá nos decía;
“no llores… van a decir que eres mujer”. Hemos adoptado ese mecanismo de
defensa para mostrarnos sobrios y estables.
Sin
embargo, cuando enfrentamos situaciones difíciles en un momento inesperado;
cuando las papas queman y se complican las cosas; el buen semblante y la
elegancia que ostentábamos hace minutos se desmoronan y se hacen añicos;
rápidamente somos presa del enfado, de la angustia y la desesperación. La
personalidad, la verdadera personalidad apareció en toda su dimensión y nos ha
puesto en descubierto que dentro nuestro existe una doble personalidad.
Cada
uno tiene una personalidad distinta de la otra, en algunas es alegre,
servicial; en otras huraña y pedante, etc., Lo importante es, cómo te comportas
frente a situaciones extremas. El orador como administrador de la palabra debe
poseer una personalidad a prueba de fuego.
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